Ayer acabé de ver la segunda temporada de la serie The Wire.
Tan buena como la primera. Magnifica a decir verdad. Digna de la mejor productira de series del momento HBO.
Y volví a recordar el artículo de Vargas Llosa (que tengo en este blog) Y recordé especialmente cuadno dice "la mayor influencia que ambos (los autores de la serie) reconocen es la de la tragedia griega, pues, en su historia, también la suerte de los individuos está fijada desde antes de nacer, por "unos dioses indiferentes" contra los que es inútil rebelarse."
Siempre me inquietó esa lucha entre determinismo y libre albedrío. Pero con los años y el pesimismo congenito, he pasado de creer firmemente en el libre albedrío a ser determinista. Aunque desconzoco, más bien sigo desconociendo, quienes son los que manejan los hilos.
De la visión de esta segunda serie, se comprueba el hecho de que hay seres que determinan la vida de los demás y, que hagan lo que hagan, salen indemnes de ello, sin aparentes repercusiones negativas. Un vistazo a la más estricta realidad nos lo confirma.
Quizás habría que pensar, desear, como dice Vargas Llosa "que aquellos dioses indiferentes no son omnipotentes, que, al igual que sus antecesores griegos, adolecen de vulnerabilidad y pueden ser a veces derrotados por esos humanos a los que zarandean y confunden"
Hace 2 años
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